Metadatos

Metadatos




Pensar en unos datos que se piensan a si mismos pienso que es como pensar en inteligencia artificial, el alcance de una conciencia digital que llega a entenderse a si misma. Los metadatos aparecen como aquella capa oculta de algoritmos y datos que determinan, delimitan y crean lo que es una imagen. 

En lingüística, ninguna palabra es el significante que lo designa en sí misma. La palabra "silla" no tiene nada de "silla" en ella misma. Las palabras no contienen ninguna clase de determinismo que les asigne un significante concreto, y esto les da a ellas una cualidad liquida que puede experimentarse de una forma artística. La palabra silla solo significa lo que hoy significa porque es lo que ha llegado a ser. Y de la misma forma, si yo decidió que lo que hoy se le asigna como significante a la palabra "cabeza" es lo que se le asignó como significante a la palabra "silla" históricamente, en unos años una silla será aquello que reposa por sobre nuestros hombros. 

Algo similar ocurre con los metadatos. En la digitalidad, el espacio de insumo que tiene los datos para asignar categorías a cierto tipo de "búsquedas" o imágenes es el mismo espacio fluido que desde el lenguaje puede crear la realidad. El algoritmo, en si mismo, no entiende el lenguaje, pero se basta de él para poder recrear y representar en el espacio digital lo que nosotros, desde su exterioridad, le hacemos entender. 

Al mejor estilo cyborg de Donna Haraway, llevado a su extremo (entiendo que el cybrog se refiere a relaciones políticas y sociales y no esta directamente relacionado con la figura de ciencia ficción literal), la relación que se crea de la información que se genera entre el humano y el computador crea un espacio de intersticio en donde todo puede significar todo. Desde los metadatos, una persona puede asignarle a una imagen de un perro la categoría de "gato", y en la búsqueda desde lo digital, si uno busca la palabra "gato", aparecerá la imagen de un perro. De forma similar al lenguaje, el control de ese espacio liquido en la digitalidad, puede alterar y tener efectos en la realidad. 

Los alcances de esta fluidez del lenguaje llegan a territorios mucho más políticos y revolucionarios. El concepto de país tiene una genealogía definida, pero la lingüística nos podría decir que esa genealogía puede desorganizarse para que dentro del concepto entren otras categorías que antes no aceptaba. Angel Rama, por ejemplo, aboga por dejar de pensar la literatura desde divisiones fronterizas entre paises, sino en pensarla desde espacios culturales definidos históricamente. Si en el lenguaje el termino "país" puede ser modificado, la idea de la frontera también podría hacerlo. 

Nunca entendemos del todo el lenguaje si no entendemos estas capacidades de transformación y sus genealogías que surgen de asociaciones simples y metáforas y analogías. De forma similar, no podemos entender la imagen digital sin entender la extensa red de relaciones que se producen cuando se digitaliza una imagen y los efectos que este espacio "por debajo de lo visible" puede tener no solo en el mismo espacio digital, sino en el espacio real y político. 

Los metadatos de pronto no resultan ser tan autoconscientes como su nombre lo sugiere. Siempre dependen de su conexión con el humano, y su creación de ese espacio cyborg. Y a pesar de que siempre habrá un interés político y poderes que controlan la representación, el espacio "meta" de este intersticio si parece ser un espacio más liberador, un espacio menos jerárquico que el de la antigua "ley" de la representación. El referente, el significado, el significante, todo se pierde a favor de una libertad en la creación y representación no solo de imágenes sino de la misma realidad. El intersticio es ese segundo plano de la existencia: un plano de multiplicidad. 

Si nos guiamos de esta libertad, la imagen, como la palabra, no dependería de su contexto y dejaría de ser la circunstancia que la crea. Si nos guiamos de esta libertad, nuestra agencia sobre el mundo sería infinita. 

Pero no lo logramos.

Detrás de los datos, o lo que crea a los datos, siempre habrá ese espacio indeterminado incapaz de reconocerse. Como las partículas cuánticas, que solo existen cuando se ven pero que se comportan de una forma diferente e indeterminada cuando no se observan, el espacio de los metadatos es aquella red infinita de asociaciones múltiples que es imposible de calcular. Como se crea a si misma, siempre esta en constante expansión, y el espacio de lo humano, de donde se alimenta, queda relegado solo al intersticio de ambos, más no a lo mas profundo de aquella red infinita. 

Es ese mismo espacio infinito que hace que en el espacio digital dos imágenes iguales sean completamente opuestas, dos gemelos sean de diferentes familias, o dos fotografías cambien sin que nosotros percibamos ese cambio. Claro que el lenguaje tiene la misma característica. La poesía siempre se nos escapa, y vive también en un espacio de "sombra".

Al menos por eso seguimos pensando en los nuevos lenguajes, en nuevas palabras, nuevos algoritmos. 

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