Sobre el dispositivo, el panóptico, y mi primera idea para un trabajo de realidad aumentada.
Suponía que
un dispositivo podía considerarse un condón. Mi propuesta original para el
proyecto de realidad virtual se basaba en la apropiación del proyecto de
protesta del grupo activista gay ACT UP. En una de sus acciones de protesta más
populares, colocaron condones rosados gigantes en diferentes monumentos de las
calles de parís. Esto se dio en medio de la epidemia del vih de los años ochenta
y noventa, y el intento de este grupo de impulsar el desarrollo de un
tratamiento, una cura, y sobre todo, la práctica del sexo seguro entre hombres.
Sobre lo
que era un dispositivo, o aparato, suponía que el condón funcionaba como una
forma física de caracterizar lo que significaba el ser dispositivo, principalmente
porque implicaba un control externo sobre un cuerpo concreto, y las practicas
que ese cuerpo pudiera hacer sin ese dispositivo. La presencia del condón
alteraba indudablemente las normas sociales desde los espacios más íntimos,
desde la privacidad y el deseo, el condón implicaba un control en el espacio privado
que se considera un espacio libre de cualquier tipo de control. Incluso en el
espacio privado, en donde el individuo suponía estar lejos de todo tipo de política
de control sobre el cuerpo, existía un sistema de control que se había
escabullido en ese espacio de supuesta libertad. Incluso la privacidad y el
espacio “libre” no se libera de las políticas del cuerpo, las biopolíticas
sobre el sexo y el deseo.
Sin
embargo, comienzo a pensar que el dispositivo se refiere más al sistema social
que permite la creación de artefactos como lo es el condón. El dispositivo no
es el objeto físico, sino el estado social y el sistema de control etéreo que
este implica. Las biopoliticas sobre el sexo son aquellos dispositivos que
determinan las condiciones sociales en las cuales se crean los ambientes en
donde se puede dar el control sobre el cuerpo sin que uno se percate de ellos.
Esto lo
puedo relacionar directamente con el panóptico, y el sistema de control que
implica la vigilancia o la ilusión de la vigilancia, la sensación de estar
observado. No tengo duda de que la mayoría de edificios y rascacielos tienen
formas fálicas, similares a la mayoría de los monumentos que cubrían parís y
que fueron en si recubiertos por los condones rosados gigantes de act up. Los
monumentos, que salen del cielo y observan con sus estatuas de ángeles, santos
y héroes también son panópticos, observan a lo que está por debajo de ellos, y
los edificios rascacielos de gran tamaño funcionan con las mismas dinámicas
de aquello que puede espiar y ver o dar la sensación de ver. El nuevo edificio
de la universidad javeriana, de ingeniería, esté fabricado de tal forma que en
cualquier sector de la universidad pueda verse como un monumento, aunque sea
solo su punta. Pero nosotros somos los que siempre están viendo al edificio
sin importar a donde vallamos, él es el que irrumpe en el paisaje y nos observa
a nosotros. Y aun así, no es una forma de control explicita, es implícita, un espía
o un ninja que se crea a partir de la arquitectura, el desarrollo económico y
el orgullo institucional.
Pienso que
el panóptico tiene necesariamente una forma fálica, mas allá de lo que sea su
aspecto físico. Sus motivaciones, y las estructuras que dominan aquello que le
da la ilusión de la vigilancia también se guían de un orden necesariamente fálico,
que irrumpe al cielo, al espacio en donde todo lo ve.
Entonces
sería necesarios más condones gigantes, aquellos que dejan claro la intención
del dispositivo, y se volvería un anti dispositivo cuando niega la condición del
panóptico como un artificio sutil. Nada menos sutil que un pene con gorrito en
medio de la ciudad. El progreso también tendría su control físico, porque la fiscalidad
de la ciudad también esta ordenado por ciertas dinámicas que establecen un
orden fálico, hacia arriba, hacia el cielo. Fue necesario un estricto orden del
cuerpo homosexual para prevenir la infección del VIH, y también sería necesario
un control estricto en el cuerpo urbano, el que parece no tener límites frente
a sus órdenes falo céntricas que rigen también el ambiente de sus habitantes. Un
condón para prevenir el contagio de un orden social, un condón para controlar
un cuerpo masculino no homosexual por fin.
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